No hay panaceas para hacer crecer una empresa. Se puede comparar con el campo verde y silvestre. En primavera tras las lluvia reverdece y muestra su esplendor, pero tras llegar el verano amarillea y languidece.
Recursos humanos ha tenido su verde primavera. Fue desde a principios de los años 70 cuando nació el concepto, hasta el final de 2007 cuando llegó su declive. No hay “liquidez” ni tan siquiera herramientas, para horadar la tierra en busca de agua fresca para hacer reverdecer la empresa. ¿Y que se puede esperar de la mala tierra? Pues plantas parasitarias con largas raíces que roban el agua a los consolidados y fieles árboles (que apenas ya dan frutos) y por otro lado, cardos, cardillos y zarzas rastreras que arañan al que quiere sembrar desde rrhh y por ende al resto de compañeros.
¿Y que remedios existen para tal fin? Pues se pueden contratar ETT que nos suplan puntuales necesidades de regadío, o bien dar la manguera del agua a empresas sin escrúpulos que nos venderán metodologías carismas, dignas de otras épocas. Este caso sería como dar al pulgón de la lechuga, el control del fumigador que lo erradica.
Pero la solución es sencilla y está al alcance de quién la quiera. Estamos en nuevos tiempos que demandan nuevas soluciones. Ya no se puede abonar todo el campo con el mismo compuesto, ni fumigar a todos con el mismo plaguicida. Cada persona es única e intransferible (salvo que ella quiera irse a otro campo), por lo tanto, vamos a ver que necesita esa persona para crecer, para arraigarse en la empresa, y dar los mejores frutos posibles y con ellos colmar a los clientes de productos y servicios de calidad.
No, no se trata de construir invernaderos tipo Google y colocar un tobogán en la salita de espera. No creo que estemos para muchos toboganes, viendo el panorama actual de muchas empresas.
RRHH no sólo es compartir espacio en una oficina, es saber y potenciar las habilidades de las personas.
¿Eres de RRHH? Luego entonces eres un cultivador de personas. Podrás hacer tareas administrativas, como cálculos de nóminas, permisos, etc, pero las personas están ahí, delante tuyo. Quizás demasiados desmotivadas y hartas de insecticidas caducados. Pregúntales ¿Que es lo que les motiva? ¿Que es lo que les hacen buenos en sus trabajos? O ¿Porqué no logran objetivos en su trabajo? ¿Que necesitan? ¿Les gusta leer? Nada es trivial en las personas, todo detalle aporta y el conjunto de ellos suma.
Afortunado si haces que las personas asistan felices a su trabajo, igual de afortunado si están desmotivados, porque eso significa que hay que ponerse manos a la obra, tienes mucho trabajo por hacer. ¡Rhevolucionemos!
Informa para Rhevolution @by Rubén García Codosero
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